Uno de los ejes de trabajo esenciales para la restauración del territorio es la recuperación de la masa forestal.
Para lograr este objetivo nos hemos dado a la tarea de producir el germoplasma necesario con especies locales utilizando semillas de la propia región.
En los últimos años hemos desarrollado una estrategia de reforestación en función del uso de especies endógenas que han mostrado una gran adaptabilidad al cambio climático. Esta estrategia se basa en el uso de pastos nativos, árboles cómo los juníperos y varias especies de agaves y cactáceas que forman parte del paisaje tradicional de la región y que además funcionan cómo un importante pozo de carbono es el caso de los agaves capaces de retener varias veces más CO2 que un árbol.