Sembrar agua: una estrategia para hacer frente a la sequía y la escasez
Del agua depende la supervivencia de toda la red de vida y por ende de nuestro futuro.
Este recurso vital se ha visto afectado de múltiples maneras y a muchas escalas, una de ellas es la creciente contaminación de ríos, lagos y mares, con aguas sin tratar, efluentes industriales, químicos, pesticidas, metales pesados, entre otros, esto aunado a la falta de una gestión integrada de las cuencas y la sobreexplotación de los mantos acuíferos (estamos llegando a puntos en donde la extracción supera la capacidad de recarga). Asimismo, la falta de una visión de cuenca en la planificación de las ciudades hace que no exista la infraestructura suficiente para reintegrar el agua a los acuíferos, por ejemplo, el agua que llueve en la ciudades generalmente se combina con el drenaje de aguas negras, además de esto, las calles están hechas con pavimentos que no permiten que la infiltración de agua suceda adecuadamente. En un contexto de cambio climático en donde las sequías y la escasez de agua aumentan nos encontramos en la necesidad urgente de desarrollar estrategias que permitan conservar, aprovechar y gestionar de manera más adecuada este recurso líquido que es crucial para la vida en la tierra.
Una de estas estrategias es “sembrar agua”, y esto se trata de aplicar técnicas que ayudan a captar, almacenar y regenerar los recursos hídricos para que los acuíferos puedan recuperarse a la par que se restaura la salud y capacidad de la tierra de retener la humedad e infiltrar. La siembra de agua es mucho más que una metáfora que nos invita a pensar en términos de ciclos hidrológicos más amplios, desde el suelo y los microorganismos que le habitan, la agricultura, el manejo de los bosques, la gestión adecuada de las cuencas, hasta el diseño de las ciudades y el uso urbano.
Algunas de las estrategias para sembrar agua son las siguientes:
Gestión integral de cuencas
La gestión integral de cuencas es una de las estrategias más amplias y efectivas para asegurar la siembra de agua a gran escala. Una cuenca hidrográfica es una unidad natural de captación y drenaje de agua, por lo que su manejo adecuado implica comprender y trabajar en la regeneración de todas las partes que componen su sistema: desde los suelos y la vegetación, hasta los cuerpos de agua y las comunidades que habitan en ella.
Captación de agua de lluvia:
La captación de agua pluvial se basa en la construcción de sistemas que recogen el agua de lluvia y la almacenan para su uso. Esta va desde ollas de agua, grandes cisternas comunitarias, captación habitacional, hasta estructuras más sencillas como zanjas y canales.
Biofiltros para el tratamiento de aguas residuales:
Otra parte esencial de sembrar agua es crear infraestructura que permita el reuso de las agua tratadas. En muchas localidades rurales de México hay un problema de falta de saneamiento adecuado, dando lugar a la incorporación de aguas negras al paisaje y a los mantos acuíferos. Por ello, en estos contextos es fundamental la implementación de sistemas de saneamiento que sean de baja tecnología, bajo costo y bajo mantenimiento, un ejemplo son los biofiltros o humedales construidos que a través de capas filtrantes, plantas acuáticas y microorganismos permiten el tratamiento de estas aguas y su incorporación segura al paisaje.
Calles verdes
Las calles verdes integran vegetación y sistemas de infiltración en el entorno urbano, jugando un papel importante en la captación de agua y en la reducción del calor en las ciudades.
Reforestación y restauración de suelos
Otra práctica es la reforestación desde la cuenca alta hasta la cuenca baja con un plan de siembra con especies adecuadas para la región que permitan evitar la erosión del suelo, ayuden a captar la humedad y que los árboles y pastos vuelvan retenedores naturales de agua. Al sembrar las especies adecuadas de manera planificada no solo reducimos la escorrentía superficial, sino que también favorecemos la infiltración de agua en el subsuelo. A la par de esto la restauración de suelos resulta fundamental para tener suelos vivos que permitan retener humedad, infiltrar y ser una base adecuada para que la biodiversidad prospere.
Zanjas de infiltración
Estas obras facilitan la retención del agua en el terreno, permitiendo que la tierra la absorba de manera gradual y mantenga una humedad que sirva para la vegetación, los cultivos y la biodiversidad.
Resiliencia comunitaria
Sembrar agua no solo se trata de un esfuerzo técnico, sino también de una estrategia de resiliencia comunitaria. Involucrar a la comunidad en el diseño, construcción y mantenimiento de estas soluciones fortalece el vínculo entre las personas y su entorno natural. Además, es una forma efectiva de fomentar la educación ambiental, sensibilizando a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar y regenerar los ciclos del agua.
Al combinar técnicas como la captación de lluvia, la reforestación, el manejo adecuado de cuencas y la infraestructura verde, podemos ayudar a que la tierra recupere su capacidad de retener agua y garantizar un suministro más seguro. Estas estrategias no solo regeneran el medio ambiente, sino que también fortalecen a las comunidades, haciéndolas más resilientes ante los retos del cambio climático.
¡Sembremos agua! Conoce las estrategias que estamos realizando en Apan Paisaje y Resiliencia aquí.
Referencias:
Leonardo Boff, 2023. La escasez de agua potable puede desencadenar guerras y amenazar la vida.
Apan Paisaje y Resiliencia, 2022. Plan de acción.
Fritjof Capra, 2002. La trama de la vida.